Existes día a día entre
sonrisas y lágrimas, manifestando ante las situaciones una actitud positiva o
negativa conforme a tu filosofía de vida. Puede ser encuentres un equilibrio
entre lo bueno y lo malo, rescatando lo que te hace bien y olvidando lo que te
hace daño. Empero, es posible también, sientas que todo lo que te rodea está
desprovisto de sentido para ti, porque múltiples factores te han llevado a
sumergirte en un abismo. Si es tu caso, querido lector, este mensaje va
dirigido especialmente para ti. Te invito a descubrir la razón de tu existencia
mediante una técnica que te permitirá ser feliz: vivir por l as palabras.
¡Qué
maravillosas son las palabras! Apenas las imaginas y ya tienes contigo la perla
de tu alma, las estrellas más brillantes del cielo y las olas más fuertes y
exquisitamente estridentes del mar. Llegan a la mente y al plasmarlas en el
libro de tu destino crean paisajes pintorescos en medio de montañas que yacen
muertas y sin aspiración, y a la sombra gris que cubre tú alrededor, le otorgan
color intenso con la sangre del pincel de tu corazón.
Perfectas,
encantadoras, pequeñas y juguetonas, grandes e imponentes, dulces como
caramelo, amargas como la tristeza, felices como las alas del amor, son las
palabras. Ellas saltan, corren y se deslizan por las islas de tus sueños como
hojas risueñas y despiertas que se burlan del devenir del tiempo y sus
antojadizos cambios, que diseñan un nuevo momento para vivir o para morir, para
crear o destruir, para caer y perder o para caer y triunfar.
¡Cuánto amo las
palabras! Vivo por ellas. Me tomo el silencio elocuente que traen con el
viento. Absorbo el rocío que depositan en la mañana en bellas copas de nieve.
Descifro la melodía sutil de las aves dibujadas en el horizonte. Me pierdo en
su magia. Navego con ellas por los océanos bravíos y aquellos que avanzan sin
prisa. Recorro con ellas las orillas del río dormido en nubes de algodón. Beso
la gloria. Desfilo por la pasarela de mis huellas. Vuelo más allá del infinito.
Y es todo lo
dicho un vil intento de definir las palabras y su poder altamente atrayente
como para instarnos a vivir por ellas. Y si tan solo con estas ideas ya te
resultan extraordinarias las palabras, ¿por qué pensar que este día no tiene
nada interesante? Lo tienes todo. Tienes el don de crear arte y transformar tu
vida justo en lo que quieres.
Ni siquiera
precisas de instantes positivos para que tus pensamientos generen las más
auténticas expresiones de arte, porque de los malos momentos también surgen
palabras con belleza y color, capaces de llevar luz a la oscuridad. Como lo ha
expresado de forma muy sabia y atinada el Lic. Juan Ramón Martínez, persona a la que guardo gran admiración: “Hay que vivir las cosas sin entenderlas, y
hacer de ellas expresiones de arte para disfrutar y no para criticar. Si tus
pensamientos son positivos, aférrate a ellos. Si las ideas que ocupan tu mente
están impregnadas de negatividad, no las rechaces, porque de las emociones
negativas puedes crear la más pura y
sincera muestra de arte, que es aquella que refleja tu esencia”.
Si las palabras
han hecho tanto por mí, te prometo que por ti harán maravillas. Solo toma la
decisión de escribir todo lo que tu alma te dice. Yo aprendí a vivir por las
palabras, y gracias a ellas soy las teclas del piano cuyo artista toca la más
bella canción: el amor.
¡Hasta luego
amigos!
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